¿Por qué regalamos?

Por lo que podemos saber, la práctica de regalarnos los unos a los otros es tan longeva como lo es el propio ser humano.


Se tiene constancia del intercambio ya en plena prehistoria de objetos tales como amuletos y conchas. Pero es que si hacemos un repaso por muchas de las distintas civilizaciones que han poblado la tierra a lo largo de la historia, podremos comprobar los diferentes motivos por los que hacer un regalo ha resultado siempre en una práctica habitual.


Los fenicios ya hace 3000 años utilizaban los regalos con los pueblos a los que visitaban antes de hablar de negocios, con el interés de ganarse su confianza. En el antiguo Egipto ya se regalaba a los reyes para obtener favores personales o formar nuevas alianzas.


Y si hablamos de Grecia o Roma, podemos encontrar ya una gran sofisticación en lo que a regalar se refiere. En Grecia se piensa que podrían haber empezado como un modo de ahuyentar a los malos espíritus, pero acabó convirtiéndose en un deber tanto religioso como social.


En la antigua Roma, a partir del año 150 A.C ya se decidió que el día 01 de enero sería el destinado a hacer regalos. Se regalaba entre parientes y amigos, siendo algunos de los regalos más comunes los amuletos, colgantes y exquisiteces como la miel o los higos secos. Se tenía la creencia de que regalar atraía la suerte.

Como vemos solo en algunos ejemplos históricos, hemos regalado y regalamos por múltiples motivos. Para transmitir confianza, para conseguir favores, para atraer la suerte o simplemente porque se convierte en una costumbre. Sin embargo, aunque todos estos motivos puedan haber explicado en buena medida por qué regalamos, creemos que no lo explican todo.


En múltiples ocasiones hoy hacer un regalo puede ser simplemente un compromiso social, pero algunas veces queremos que el destinatario de nuestro regalo sepa que para nosotros se trata de mucho más que un mero compromiso. Puede ser que a través de ese regalo queramos pedir perdón, expresar una enorme gratitud o simplemente sentimos un deseo irrefrenable de demostrarle a esa persona hasta qué punto es importante para nosotros.


Es por eso que muchas veces el mejor regalo es el que no se espera, el que llega fuera de cualquier fecha especial. Pero otra forma de transmitir todo eso que sentimos es, por supuesto, a través del mismo regalo. Intentamos que sea un regalo original y, sobre todo, que sea un regalo personal. Que parezca que está hecho a su medida.


Para esto ha nacido Delibreakfast. Porque creemos que, por encima de todo, un regalo debería ser un instrumento para acercar a las personas. Así que, si para ti todo esto tiene sentido, esperamos que sepas que estamos poniendo nuestro granito de arena para que, cuando lo necesites, puedas contar con nosotros.